Un barrizal nuevo para Susi, Yoyo y Bully

Un fangar nou per a la Susi, la Yoyo i la Bully

Foto de portada: Albert Pamies

 

Seguimos trabajando por el bienestar y la calidad de vida de nuestras elefantas Susi, Yoyo y Bully, en esta ocasión con la construcción de un segundo barrizal donde podrán hidratarse este verano y reproducir su comportamiento natural. El barrizal complementa la instalación —una recreación del hábitat natural de la especie— y supone un nuevo elemento de bienestar para las elefantas, ya que favorece la interacción y es también beneficioso porque el barro adherido a la piel protege a estos animales del sol y de los parásitos.

 

 

 

 

La última ampliación del espacio de las elefantas, situado en el bioma de la sabana del Sahel y continuamente mejorado durante los últimos años, ha significado un incremento de 426 m2 el pasado marzo. Actualmente, el hábitat tiene un total de 5.500 m2 y está previsto que las mejoras continúen con la introducción de más vegetación y una ampliación hasta los 6.000 m2. Pero para la calidad de vida de los animales, el tamaño de la instalación no es lo único importante. Además de la construcción del barrizal y las sucesivas ampliaciones, la instalación consta de otros elementos esenciales para garantizar el bienestar de Susi, Yoyo y Bully. En los últimos años, se ha mejorado aún más el sustrato introduciendo uno natural, más blando e indicado para sus articulaciones, y se han instalado elementos de interacción para hacer ejercicios médicos y elementos estructurales de juego y estímulo de conducta. Además, se han construido unas nuevas instalaciones de cobijo climatizadas, con luz natural y de acceso libre para los animales, y se han integrado en el espacio unos nuevos pesebres que permiten simular los sistemas de alimentación y exploración naturales.

 

ampliació

 

 

 

El Zoo de Barcelona, un centro de referencia en la atención a elefantes

 

Las tres elefantas del Zoo están juntas desde el 2012, cuando se acogió a Bully, que había estado en un circo. Antes, en el 2002 había llegado Susi, que también había pasado por un circo, y, en el 2009, Yoyo, que encontró refugio en el Zoo después de pasar gran parte de su vida previa encadenada. El Zoo de Barcelona ha estado trabajando intensamente en los últimos años para garantizar su bienestar, y se ha convertido en uno de los centros de referencia en la atención a elefantas viejas fuera de época reproductiva, una función primordial dentro del programa de conservación ex situ de la especie.

 

elefantes
De izquierda a derecha,Yoyo, Susi y Bully en su nueva instalación en construcción.
Foto Albert Pamies

 

Los biólogos, veterinarios y cuidadores del Zoo tienen diferentes herramientas para evaluar el estado físico y psíquico de las elefantas. Sobre todo, la observación —las conocen y ven cuándo algo no va bien y hay que tomar medidas—, y la monitorización de su conducta de sueño, que es muy importante. Aparte, se hacen exploraciones durante los ejercicios médicos que realizan regularmente, y cuando es necesario se practican diferentes tipos de pruebas y analíticas que permiten comprobar que todo está bien, teniendo en cuenta su avanzada edad y algunos problemas de salud crónicos que padecen. Varios indicadores basados en el llamado Animal Welfare Quality Protocol han permitido al equipo del Zoo constatar que se cumplen los puntos básicos de este protocolo —buena salud, buen alojamiento, buena alimentación y comportamiento apropiados—, y que se respeta también el principio de las cinco libertades: libres de hambre, sed y malnutrición, libres de miedo y estrés, libres de incomodidades físicas y térmicas, libres de dolores, lesiones y enfermedades y libres de expresar el comportamiento propio de la especie.

 

El elefante africano está catalogado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie en peligro de extinción.

 

Ofrecer las mejores condiciones a los animales que alojamos es un punto clave del nuevo modelo de zoo, según el cual el Zoo se convertirá en un centro de referencia de primer orden con respecto al bienestar de los animales que acoge. El desarrollo de sus tres ejes primordiales de actuación —la educación, la investigación y la conservación— comporta también una metamorfosis del espacio físico, como es el caso de la instalación del Sahel, donde se encuentran las tres elefantas.